Navegar en la web o colocar imágenes dentro de redes sociales supone de acceso para quien sea. Actualmente, varias empresas desarrolladoras de Inteligencias Artificiales son conscientes de ello para poner en práctica y entrenar sus modelos.
Clearview una controversial base datos de reconocimiento facial, se ha centrado en la captura y análisis de 30.000 millones de fotografías extraídas de Facebook y otras redes sociales para ser utilizadas y recopiladas en los departamentos de policía de los Estados Unidos.
Las recopilaciones de las imágenes fueron tomadas sin el consentimiento de los usurarios, admitió recientemente el director ejecutivo de la compañía, Hoan Ton-That. Esto ha provocado que haya opositores del proyecto que consideran que la IA es una “perpetua policía” que vigila incluso a personas que no han cometido ningún delito.
Según el CEO de Clearview, la base de datos de su compañía ha sido usada por la policía de EEUU varias veces desde su fundación en 2017. Además, detalla que, a pesar de no tener el consentimiento de los usuarios, las imágenes “disponibles públicamente se recopilan legalmente, al igual que cualquier otro motor de búsqueda como Google”.
No obstante, para aquellos que creen que la Inteligencia Artificial infringe la privacidad de los internautas, Ton-That argumentó que solo la fuerza de orden mayor tiene acceso a estas bases de datos “para investigaciones posteriores al crimen” y que no está disponible para el público general.
El CEO defiende que cada foto en el sistema “es una pista potencial que podría salvar una vida, brindar justicia a una víctima, impedir una identificación errónea o exonerar a una persona inocente”.